Anteriormente a la creación del Obispado de Orihuela (1564) los obispos de Cartagena tenían un palacio en la ciudad situado en el solar que actualmente ocupa el antiguo hospital de San Juan de Dios. En 1558, el obispo de Cartagena, el portugués Esteban de Almeyda, permutó el palacio por el Hospital del Corpus Christi y San Bartolomé, situado en la calle mayor frente a la entonces colegiata del Salvador. Allí trasladó la residencia episcopal tal como queda demostrado con la presencia de su escudo en la puerta de la Curia. Con la creación del obispado de Orihuela acecida apenas unos años despues el edificio quedó definitivamente establecido como el hogar de los prelados de Orihuela y centro de la administración diocesana.